Se ha identificado un grupo de
genes que codifican proteínas capaces de inhibir la proliferación celular, al
bloquear la actividad de oncogenes y de los productos de oncogenes. Estos genes
con actividad supresora se denominan genes supresores de tumores. La activación
de oncogenes, no constituye la única vía hacia la malignidad. En la gran
mayoría de los cánceres la transformación maligna, es resultado, de la
combinación de la activación de oncogenes y la anormal inhibición de genes
supresores de tumores (Alberts et al, 1996, 966). En todos los casos, al
contrario que en los oncogenes, la alteración de los genes supresores de
tumores se manifiesta con carácter recesivo, es decir, se necesita la
alteración de ambos alelos del gen en cuestión para provocar una alteración
fenotípica que comprometa la fisiología de la célula.
Por otro lado, la
alteración puede ser heredada en línea germinal. Esto explica en gran parte el
carácter hereditario de algunos cánceres cuya frecuencia es alta en
determinadas familias (formas hereditarias) y que se presentan raras veces en
la población general (formas esporádicas). En las formas hereditarias
inicialmente uno de los alelos está dañado desde la línea germinal y el
restante puede sufrir una mutación y expresarse la alteración. En las formas
esporádicas se necesita alterar los dos alelos en una misma, por lo que es más
difícil que se dé la enfermedad en estos casos.
PRODUCTOS
PROTEICOS DE LOS GENES SUPRESORES DEL CÁNCER
Los productos proteicos de
los genes supresores del cáncer más importantes son los siguientes:
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Gen Rb: el producto del
gen Rb regula la progresión de las células desde la fase GI del ciclo celular
a la fase S. En su estado hipofosforilado, se une e inactiva a los factores
de transcripción E2F, impidiendo que las células penetren en la fase S.
Cuando la célula recibe el estímulo de los factores de crecimiento, las
ciclinas D y E también son estimuladas y activan a las CDK (CDK4 y CDKó); a su
vez, éstas producen la fosforilación de pRb y la liberación de factores de
transcripción E2E Así pues, la transcripción de los genes es esencial para
que la célula inicie la fase S. Cuando existen mutaciones del gen Rb, la
regulación de los factores de transcripción E2F se pierde y la célula
permanece en el ciclo, aunque no reciba ningún estímulo para el crecimiento.
Existen otros mecanismos que regulan el ciclo celular a través de la proteína
Rb, entre los cuales se encuentran:
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-El factor de transformación
del crecimiento de las B (TGF-P). Es una citocina inhibidora del crecimiento
que estimula a los inhibidores de las CDK y, por tanto, evita la
fosforilación de pRb.
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-El gen supresor del cáncer
p53 también ejerce un efecto inhibidor del crecimiento mediante la
estimulación de la síntesis de p21, un inhibidor de CDK.
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-Varios virus oncogénicos
DNA (virus del papiloma humano o VPH) producen una deleción funcional de pRb,
uniéndose a ella y desplazando a los factores de transcnpción E2E
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p53: El gen supresor del
cáncer p53, localizado en 17p13.1, se encuentra mutado en más del 50%, de
todos los tumores humanos. Las personas que heredan una copia mutada del gen
p53 (síndrome de Li-Fraumeni) corren un alto riesgo de desarrollar un tumor
maligno, en caso de que se produzca la inactivación del segundo alelo normal
en las células somáticas. Los pacientes con síndrome de Li-Fraumeni
desarrollan muchos tipos distintos de tumores, entre ellos leucemias,
sarcomas, cáncer de mama y tumores cerebrales. La función del gen p53 normal
consiste en evitar la propagación de células can alteraciones genéticas.
Cuando el DNA sufre daños a causa de la luz ultravioleta (UV), una sustancia
química o la radiación, el gen p53 normal se activa y estimula el inicio de
la transcripción de varios genes, todos los cuales detienen el ciclo celular
y efectúan la reparación del DNA. La parada del ciclo celular en la fase GI
está mediada por la transcnpción, dependiente de p53, del inhibidor de CDK
p21. Si durante la pausa del ciclo celular puede repararse el DNA, la célula
podrá continuar hacia la fase S; por el contraria, si resulta imposible
reparar la lesión del DNA, p53 inducirá la apoptosis, aumentando la
transcripción del gen proapoptótico bax. Cuando se produce una pérdida homocigotica
de p53, resulta imposible reparar el DNA y las células poseedoras de los
genes mutantes continúan dividiéndose y terminan por dar lugar a un cáncer.
Lo mismo que sucede con el gen Rb, los productos de virus oncogénicos DNA
pueden inactivar al gen p53.
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BRCA-1 y BRCA-2: Alrededor
del 5 al 10% de los cánceres de mama son familiares, y las mutaciones de los
genes BRCA-1 y BRCA-2 podrían justificar hasta el 80% de estos casos. Las
mujeres que heredan copias defectuosas de BRCA-1 corren un nesgo mayor de
desarrollar cánceres de ovario, mientras que las mutaciones de BRCA-2 en la
línea germinal imponen un mayor nesgo de sufrir cánceres de ovario y mama y,
posiblemente, de otros órganos. La función de estos genes no se conoce por
completo; sus productos se localizan en el núcleo y parece que desempeñan un
papel en la reparación del DNA.
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Gen APC: Las personas que
nacen con una mutación en un alelo de este gen desarrollan cientos de pólipos
adenomatosos del colon, de los que uno o varios acaban convirtiéndose en
carcinomas. En el 70 al 80% de los cánceres de colon esporádicos también se
encuentran mutaciones de APC con pérdida homocigótica. La proteína APC normal
se une en el citoplasma a otra molécula, llamada β-catenina, a la que
degrada. En ausencia de proteína APC, los niveles de β-catenina aumentan y la
molécula pasa al núcleo, donde estimula la proliferación celular. Es decir,
APC es un factor de regulación negativa de la β-catenina.
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Gen NF-1: Este gen
supresor del cáncer regula la transducción de señales mediante la vía ras. La
pérdida homocigótica de NF-1 altera la conversión de ras activo, unido a GTP,
en ras inactivo (unido a GDP), por lo que las células continúan recibiendo
estímulos para su división. Igual que sucede con APC, la transmisión de una
línea germinal con un alelo mutante de NF-1 predispone al desarrollo de
numerosos neurofibromas benignos, algunos de los cuales pueden progresar
hacia la malignidad.
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Receptores de la superficie celular: Uniéndose a sus receptores, el TGF-β estimula a los genes
inhibidores del crecimiento, entre ellos los inhibidores de la CDK. En muchos
cánceres de colon, existen mutaciones de los receptores de TGF-B, lo que
impide a éste desarrollar sus efectos de limitación del crecimiento. La
cadherina E de la superficie de muchas células epiteliales actúa como cemento
para mantener unidas a las células. La pérdida de estas glucoproteínas en
muchos cánceres facilita la disgregación de las células neoplásicas y la
infiltración local o a distancia.
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WT-I: Se desconoce cuál es
la función de este gen supresor del cáncer. La inactivación por mutaciones de
WT-1, bien en la línea germinal, o bien en las células somáticas, se asocia
al desarrollo de tumores de Wilms.
GENES SUPRESORES DE TUMORES Y TUMORES
ASOCIADOS
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Gen supresor
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Síndrome
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Tumores asociados
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Rb1
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Retinoblastoma
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Retinoblastoma, osteosarcoma
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p53
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Li-Fraumeni
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Sarcoma, cáncer de mama, gliomas
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APC
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Poliposis adenomatosa familiar
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Adenoma y adenocarcinoma de colon
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WT-1
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Tumor de Wilms
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Nefroblastoma
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NF-1
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Neurofibromatosis 1
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Neurofibromas, sarcomas, gliomas
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NF-2
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Neurofibromatosis 2
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Schwannomas, meningiomas
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VHL
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von Hippel-Lindau
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Cáncer renal, feocromocitoma, hemangioblastoma
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BRCA-1
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Cáncer mamario
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Cáncer de mama
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BRCA-2
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Familiar
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TSC-2
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Esclerosis tuberosa
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Angiomiolipoma, gliomas, rabdomioma
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p16
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Melanoma familiar
Cáncer pancreático
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Melanoma, cáncer de páncreas
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