domingo, 27 de marzo de 2016

Biología Celular del Cáncer

Un hallazgo importante ha sido el descubrimiento de los oncógenes o GENES del cáncer, que son un grupo de genes anormales causantes del origen y el desarrollo de tumores malignos, en condiciones normales el ADN regula el crecimiento celular y se asegura que los tejidos y órganos crezcan en un equilibrio. Sin embargo, en ocasiones falla este sistema de control y es entonces cuando se manifiesta un tumor.


Las células normales de cualquier tejido necesitan de estímulos mitogénicos para pasar de un estado quiescente al estado de proliferación activo. Por el contrario, las células tumorales presentan menor dependencia de estímulos externos y se comportan como si se encontrasen continuamente sujetas a un mecanismo de estimulación autocrino. Esta independencia respecto de estimulación externa claramente rompe con las señales que normalmente operan para mantener la homeostasis tisular.


Las estrategias moleculares que permiten a las células tumorales adquirir la autonomía necesaria para su proliferación en ausencia de estimulación externa provienen de señales inapropiadas activadas en la ruta hacia el núcleo a partir de una alteración en: a) la señalización desde la membrana, b) un mediador de la vía a nivel citoplasmático, o c) factores nucleares anormalmente activos.

Como ya se mencionó anteriormente, la maquinaria de control del ciclo celular esencialmente está formada por dos tipos de componentes: las cdk's y las ciclinas. El ensamblaje de estas moléculas constituye el ritmo que lleva a la célula a avanzar por las distintas fases de su ciclo.

ALTERACIONES ESENCIALES PARA LA TRANSFORMACIÓN MALIGNA

El desarrollo de un tumor se inicia cuando una célula se altera genéticamente y empieza a reproducirse muy rápidamente y en forma incompleta. Al cabo de un tiempo, se experimentan nuevas alteraciones genéticas y surgen células mutantes o cancerosas que se diferencian claramente de las células normales.

El cáncer comienza con la perdida de la regulación celular.
Una de las consecuencias de esa desregulación es la inmortalidad de las células, es decir, una célula cancerosa no sigue el ciclo normal de nacimiento, crecimiento y muerte sino que no cumple con esta última función: morir. Pasado un tiempo, se desarrolla un rico sistema vascular que garantiza nutrimentos para las células cancerosas inmortales las cuales siguen produciendo nuevas células y, es entonces, cuando algunas células tumorales se diseminan por el cuerpo.


Se calcula que más de un millón de células viajeras cancerosas abandonan el tumor inicial cada 24  horas. Las células metastásicas viajan por el torrente sanguíneo y por los vasos linfáticos y, al llegar a otra parte del cuerpo, empiezan a formar un nuevo tumor secundario.


 
Fuente:
Chérrez R. Biología Celular del Cáncer [En línea]: biologiabiomolecar.blogspot.com: 2013 [actualizado 18 jul 2013, acceso 26 mar 2016] Disponible en: http://biologiabiomolecular.blogspot.com/2013/07/alteracion-celular.html
 
 
 

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