El cáncer se origina por el
crecimiento celular incontrolado en alguna parte del cuerpo. La trasformación
de las células normales en células cancerosas surge como consecuencia del daño
del ADN, dando lugar a células incapaces de controlar su crecimiento y
división. Esta división celular incontrolada puede formar masas o tumores
visibles en los órganos donde se originan, y que denominamos tumor primario.
Además las células cancerosas tienen la capacidad de invadir órganos vecinos a
su lugar de origen y la de diseminarse por la sangre o la linfa a zonas
distantes y crecer en ellas, originando tumores secundarios que conocemos como
metástasis.
Los distintos tipos de
cáncer se comportan de manera diferente (velocidad de crecimiento, tendencia a
la diseminación, respuesta a los tratamientos). Esta es la principal razón por
la que ante la sospecha o diagnóstico inicial de cáncer, es necesaria la
realización de una serie de pruebas que nos permitan conocer el tipo de cáncer
y su extensión. Esto lleva un tiempo, en ocasiones bastante largo, imprescindible
para poder aplicar el tratamiento más idóneo para cada situación, y obtener los
datos necesarios que nos aclaren el pronóstico vital de nuestros pacientes.
El mayor temor de los
pacientes es el relacionado con el pronóstico de la enfermedad, para definirlo
es necesario definir en qué estadio se encuentra su enfermedad, o lo que es lo
mismo conocer su extensión. Hoy en día el pronóstico para muchos enfermos de
cáncer es bueno. Aunque para muchos pacientes y familiares el cáncer es sinónimo
de muerte, actualmente más de la mitad de las personas a las que se les
diagnostica un cáncer sobrevivirán. En las últimas décadas, los avances en el
tratamiento de algunos tipos de cáncer han permitido la curación de muchos
pacientes, y el control durante años de la enfermedad en otros tantos.
Las diferentes opciones de
tratamiento dependerán principalmente del tipo de cáncer que se padezca así
como del estadio, teniendo siempre en cuenta otros factores individuales, como
la edad, el estado general, las preferencias de los pacientes, etc.
Fases de carcinogénesis
El proceso por el cual las
mutaciones producidas en el DNA de células sanas llevan a la aparición de
células cancerosas se denomina carcinogénesis, siendo de duración variable,
según el tipo de cáncer, aunque de manera general podemos reconocer cuatro
fases bien diferenciadas:
1. Inducción o iniciación:
Aparecen las mutaciones del DNA que dotan a la célula de las características
propias de la célula cancerosa: división incontrolada, capacidad de invasión
local y de diseminación a distancia.
2. Cáncer “in situ”: Aumento
del número de células cancerosas en el órgano en el que se origina. Se va generando
el tumor primario.
3. Invasión local: Extensión
del tumor primario a las estructuras vecinas, invadiéndolas. Aparición de
síntomas.
4. Invasión a distancia o
metastatización: las células cancerosas acceden al torrente sanguíneo o
linfático diseminándose a órganos a distancia, y originando tumores secundarios
denominados metástasis.
A lo largo de cada una de
estas fases las células van acumulando mutaciones que hacen que pierdan sus
características alterando su funcionamiento.
Fuentes:
1. Generalidades en oncología. (2016) (1st ed.). Retrieved from http://www.fundacioneco.es/wp-content/uploads/2014/04/1.Generalidades.pdf
2. Enfermería
clínica 1. (2016) (1st ed.). Cantabria. Retrieved from http://ocw.unican.es/ciencias-de-la-salud/enfermeria-clinica-i-2011/material-de-clase/bloque-i/Tema%201.4%20Generalidades%20y%20tratamiento%20del%20cancer.pdf
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